En la última semana, la industria agroalimentaria española ha sido un hervidero de noticias contrastantes. Por un lado, celebramos con bombos y platillos que las exportaciones agroalimentarias alcanzaron un récord histórico en 2024, sumando la friolera de 75.090 millones de euros.

Productos estrella como el aceite de oliva, el vino, la carne de porcino y los cítricos han sido los artífices de este logro, según informó el ministro de Agricultura, Luis Planas. Sin embargo, no todo es color de rosa. A pesar de estos números deslumbrantes, el sector enfrenta desafíos que no podemos pasar por alto. La dependencia de mercados exteriores nos hace vulnerables a las fluctuaciones internacionales, y la sostenibilidad sigue siendo una asignatura pendiente. Además, mientras celebramos exportaciones récord, en el mercado interno los pequeños productores luchan por sobrevivir ante la competencia feroz y la presión de los precios. En resumen, aunque los titulares se llenan de cifras récord y éxitos internacionales, es imperativo que miremos más allá de los laureles y enfrentemos los desafíos internos que amenazan la sostenibilidad y equidad de nuestra industria agroalimentaria.

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