El consumo de carne fresca en España sube un 2,4%, con el pollo y el cerdo a la cabeza. La pechuga de pollo entera crece un 32%, la costilla de cerdo un 27% y la cabeza de lomo un 12%.
Además, el pollo, el bacon, el chorizo y el fuet son los únicos productos cárnicos con crecimiento sostenido a corto y largo plazo. Mientras tanto, el mercado de gran consumo se estabiliza en volumen y crece en valor por la inflación. La alimentación en el hogar sube un 1,8%, mientras que el fast food crece un 7%, reflejando un cambio en los hábitos de los españoles. Con una población en aumento gracias a la migración y hogares cada vez más pequeños, el sector cárnico enfrenta el reto de adaptarse a nuevas dinámicas de consumo.
El consumo de carne fresca en España sube un 2,4%, con el pollo y el cerdo a la cabeza. La pechuga de pollo entera crece un 32%, la costilla de cerdo un 27% y la cabeza de lomo un 12%.
Además, el pollo, el bacon, el chorizo y el fuet son los únicos productos cárnicos con crecimiento sostenido a corto y largo plazo. Mientras tanto, el mercado de gran consumo se estabiliza en volumen y crece en valor por la inflación. La alimentación en el hogar sube un 1,8%, mientras que el fast food crece un 7%, reflejando un cambio en los hábitos de los españoles. Con una población en aumento gracias a la migración y hogares cada vez más pequeños, el sector cárnico enfrenta el reto de adaptarse a nuevas dinámicas de consumo.