España y Europa enfrentan una crisis silenciosa: la falta de mano de obra en sectores clave. Agricultura, construcción, sanidad y transporte ya sufren las consecuencias de un mercado laboral envejecido y una baja tasa de natalidad. Solo en España, se estima que en los próximos cinco años se necesitarán más de dos millones de trabajadores para sostener el crecimiento económico.

Mientras empresarios y economistas advierten sobre la urgencia de facilitar la llegada de trabajadores extranjeros, el debate político se intensifica. Desde quienes ven la migración como una necesidad estratégica para el país hasta quienes buscan endurecer las políticas de entrada, la diversidad de posturas marca la agenda pública.

Sin una política migratoria efectiva, España podría ver comprometida su competitividad y bienestar social. La pregunta no es si necesitamos más trabajadores, sino si estamos preparados para integrarlos de manera eficiente y sostenible.

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