La hostelería, que lleva sufriendo las consecuencias de la pandemia durante estos dos años, y que ha denunciado en muchas ocasiones la falta de ayudas directas, trabas burocráticas, e incluso la devolución de los fondos europeos no repartidos por las Comunidades Autónomas, muestra su incomprensión ante esta decisión en el contexto actual. Desde hace meses el sector viene reclamando esta ampliación por un año del período de carencia de los créditos ICO.
Por esto, Hostelería de España ha enviado un escrito a las principales entidades bancarias de nuestro país para que, de acuerdo con el Código de Buenas Prácticas establecido por el Gobierno, la hostelería pueda acceder a la ampliación del período de carencia que se ha establecido para los principales sectores afectados, entre los que debería estar la hostelería por el grave impacto sufrido como consecuencia del COVID-19, el paro de transportes y suministros y la guerra en Ucrania.
En las últimas semanas, la tendencia de subida generalizada de los precios ha afectado profundamente a la hostelería, que, junto con la huelga de transportes y el contexto de guerra en Ucrania, ha provocado el debilitamiento de la viabilidad de los negocios, llegando incluso al cierre de establecimientos del sector.
El IPC y su incremento ha llegado a situarse el pasado mes de febrero en un crecimiento del 7,6%,(situándose el IPC adelantado del mes de marzo en 9,8%) posicionando a España por encima de muchos países europeos, como Francia (4,1%) Portugal (4,4%) Alemania (5,5%) o Italia (6,2%) con la consecuente pérdida de competitividad frente a los mismos.
El sector sufre doblemente la escalada de precios, ya que además de las consecuencias directas en su cuenta de resultados, el aumento generalizado de los costes impacta en la renta disponible de las familias, lo que conlleva una contención del gasto en hostelería. Según una reciente encuesta realizada por Hostelería de España entre sus asociados, alrededor del 80% de los empresarios ya están notando un cambio de comportamiento de los clientes, que se concreta en un menor gasto medio, y una menor afluencia, concentrada especialmente en el momento de las cenas.
Este hecho se suma a que determinadas materias primas, imprescindibles para el sector, como los aceites, ya vivían en el mes de febrero un incremento de precios del 30%, que hoy será mucho mayor también por el contexto de la guerra, que incluso ha provocado la búsqueda de aceites comestibles alternativos ante la escasez de aceite de girasol. El efecto en cadena de escalada de precios afecta a otros productos claves en la hostelería, como los zumos (un 7,5% de crecimiento en febrero), el café (un 8,2% de crecimiento en febrero), ente otros.
Una de las mayores consecuencias que está sufriendo el sector, es la escalada sin precedentes en el precio de la energía, que afecta, además, al aumento del precio de otros productos. La electricidad es un gasto básico que no se puede eliminar, del que depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas, así, como la calefacción/aire acondicionado, la iluminación o el uso de las placas de inducción.
El presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, ha asegurado que esto es una “mala noticia para el sector” por la “situación de incertidumbre marcada por la crisis internacional que afecta al turismo, así como el incremento de los precios”. Yzuel considera que esta decisión demuestra que “no se nos tiene en cuenta a pesar de la situación delicada que atraviesan muchas empresas hosteleras que no están en condiciones de asumir las obligaciones de pago de los ICOs” y añade que “vamos a seguir reclamando esa prórroga, insistiendo en una rectificación del gobierno porque esta medida, que ya llevamos pidiendo mucho tiempo, es fundamental para el sector turístico”.
El sector se enfrenta, por todo esto, a diferentes elementos que pueden lastrar recuperación, y por eso desde Hostelería de España se lleva solicitando semanas una necesaria reducción de costes, concentrados especialmente en los costes energéticos, para que las empresas del sector puedan mejorar su competitividad.
La hostelería, que lleva sufriendo las consecuencias de la pandemia durante estos dos años, y que ha denunciado en muchas ocasiones la falta de ayudas directas, trabas burocráticas, e incluso la devolución de los fondos europeos no repartidos por las Comunidades Autónomas, muestra su incomprensión ante esta decisión en el contexto actual. Desde hace meses el sector viene reclamando esta ampliación por un año del período de carencia de los créditos ICO.
Por esto, Hostelería de España ha enviado un escrito a las principales entidades bancarias de nuestro país para que, de acuerdo con el Código de Buenas Prácticas establecido por el Gobierno, la hostelería pueda acceder a la ampliación del período de carencia que se ha establecido para los principales sectores afectados, entre los que debería estar la hostelería por el grave impacto sufrido como consecuencia del COVID-19, el paro de transportes y suministros y la guerra en Ucrania.
En las últimas semanas, la tendencia de subida generalizada de los precios ha afectado profundamente a la hostelería, que, junto con la huelga de transportes y el contexto de guerra en Ucrania, ha provocado el debilitamiento de la viabilidad de los negocios, llegando incluso al cierre de establecimientos del sector.
El IPC y su incremento ha llegado a situarse el pasado mes de febrero en un crecimiento del 7,6%,(situándose el IPC adelantado del mes de marzo en 9,8%) posicionando a España por encima de muchos países europeos, como Francia (4,1%) Portugal (4,4%) Alemania (5,5%) o Italia (6,2%) con la consecuente pérdida de competitividad frente a los mismos.
El sector sufre doblemente la escalada de precios, ya que además de las consecuencias directas en su cuenta de resultados, el aumento generalizado de los costes impacta en la renta disponible de las familias, lo que conlleva una contención del gasto en hostelería. Según una reciente encuesta realizada por Hostelería de España entre sus asociados, alrededor del 80% de los empresarios ya están notando un cambio de comportamiento de los clientes, que se concreta en un menor gasto medio, y una menor afluencia, concentrada especialmente en el momento de las cenas.
Este hecho se suma a que determinadas materias primas, imprescindibles para el sector, como los aceites, ya vivían en el mes de febrero un incremento de precios del 30%, que hoy será mucho mayor también por el contexto de la guerra, que incluso ha provocado la búsqueda de aceites comestibles alternativos ante la escasez de aceite de girasol. El efecto en cadena de escalada de precios afecta a otros productos claves en la hostelería, como los zumos (un 7,5% de crecimiento en febrero), el café (un 8,2% de crecimiento en febrero), ente otros.
Una de las mayores consecuencias que está sufriendo el sector, es la escalada sin precedentes en el precio de la energía, que afecta, además, al aumento del precio de otros productos. La electricidad es un gasto básico que no se puede eliminar, del que depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas, así, como la calefacción/aire acondicionado, la iluminación o el uso de las placas de inducción.
El presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, ha asegurado que esto es una “mala noticia para el sector” por la “situación de incertidumbre marcada por la crisis internacional que afecta al turismo, así como el incremento de los precios”. Yzuel considera que esta decisión demuestra que “no se nos tiene en cuenta a pesar de la situación delicada que atraviesan muchas empresas hosteleras que no están en condiciones de asumir las obligaciones de pago de los ICOs” y añade que “vamos a seguir reclamando esa prórroga, insistiendo en una rectificación del gobierno porque esta medida, que ya llevamos pidiendo mucho tiempo, es fundamental para el sector turístico”.
El sector se enfrenta, por todo esto, a diferentes elementos que pueden lastrar recuperación, y por eso desde Hostelería de España se lleva solicitando semanas una necesaria reducción de costes, concentrados especialmente en los costes energéticos, para que las empresas del sector puedan mejorar su competitividad.