La política comunitaria tiene el respaldo de los consumidores. El ciudadano de la UE cada vez consume más ecológico pero una apuesta por  productos de producción propia.  

España cuenta con 22.235 hectáreas dedicadas al cultivo ecológico de hortalizas frescas, de las que 9.799 se encuentran en Andalucía. Los frutales ecológicos en España se extienden por 7.979 hectáreas, 1.490 en Andalucía.

El 77,7% del valor de la producción ecológica nacional, es decir 2.310 millones de euros, corresponde a la producción ecológica de origen vegetal, el 22,3 a la de origen animal.

Los productos vegetales ecológicos que más consumen los ciudadanos son las frutas frescas. Representan el 15,5% de la cesta de la compra ecológica. Le siguen las hortalizas, que representan el 13,9% en la cesta.

El consumo per cápita de productos ecológicos alcanzó en 2019 los 50,2 euros por habitante al año. Una cifra que supone un gasto anual en torno a los 2.400 millones de euros.

Frutas y hortalizas aportan mucho más que salud y alimentos de calidad para el consumidor. Contribuyen a mitigar el cambio climático. En  concreto, la producción de un kilo de hortalizas al aire libre permite  reducir un 32% de la huella de carbnono. Un 17% en las hortalizas en invernadero. Mientras, los frutales permiten una reducción del 20% y del 42%  en subtropicales.

En concreto, aumentaron las importaciones de frutas tropicales y el  arroz ecológico pero cayeron otros cereales, tortas oleaginosas y azúcar. Las  hortalizas representan el 5% de las importaciones ecológicas de los países de  la UE.

Países Bajos, Alemania, Bélgica y Francia son los enclaves europeos  por donde entran más productos ecológicos. La procedencia es Ecuador,  República Domicana, China y Ucrania.