Los fabricantes europeos de fertilizantes se están resintiendo  por la subida del precio del gas, electricidad y petróleo.

Las consecuencias directas son un freno en la producción, impacto en el rendimiento de los cultivos y subida del precio de los alimentos.  

En concreto, el gigante estadounidense de los fertilizantes CF Industries ha decidido cerrar dos plantas en Reino Unido por el alto precio del gas. La noruega Yara, especializada en la producción de amoniaco, reducirá un 40% su capacidad de producción.

La escalada en los precios de los fertilizantes es una amenaza real para la industria alimentaria. Impacta en el rendimiento de los cultivos. Los fertilizantes son necesarios para la producción de dióxido de carbono, vital en la industria cárnica y de cervezas.

Los datos de la FAO son preocupantes. El precio del azúcar ha crecido un 48% en un año. Los cereales un31% y el precio de la carne crece a un ritmo anual superior al 20%.