La Comisión Europea se mantiene firme en la consecución de la Estrategia de la Granja a la Mesa. Así, la búsqueda de proteínas alternativas, como las vegetales, microbianas o marinas, son el objetivo para estimular el consumo de alimentos que sea sostenible tanto desde el punto de vista de la salud de los consumidores como del medio ambiente.

La encuesta paneuropea, con más de 7.500 personas encuestadas de 10 países europeos, realizada por ProVeg proporciona los cambios de hábitos en el consumo de la ciudadanía europea.

De este modo, el 51% de los consumidores de carne afirman que reducen su ingesta, un aumento del 5% con respecto al 2021. El 47% de los encuestados reducen el consumo de carne por motivos de salud, la reducción por motivos medioambientales está en el ADN del 29%, y el bienestar animal preocupa ya al 26% de los encuestados.

El consumo de vegetales cada vez es más adoptado en los hogares europeos, así el 66% dice consumir legumbre ocasionalmente, un 53% expresa su intención de hacerlo cada vez más frecuentemente. El consumo en los hogares de alternativas vegetales alcanza un 67% de los europeos, siendo los supermercados la fuente principal de las compras de los productos plant-based con un 60%. La confianza de los europeos en las alternativas vegetales a la carne se sitúa ya en el 46%, adaptando sus estilos de vida no basados en el consumo de carne durante más de 2 años.