Entre otros cambios, la Junta ha adelantado dos meses (de junio a abril) el plazo para solicitar las ayudas. Así, los trámites se han ajustado mejor al calendario de funcionamiento de las explotaciones apícolas y el Gobierno andaluz ha contando con más tiempo para las revisiones, controles y labores de campo. Gracias a ello, ha sido posible reducir considerablemente las incidencias y evitar que los apicultores deban participar activamente en el proceso de gestión de las ayudas durante los meses estivales.
Otras mejoras introducidas por la Consejería de Agricultura en la convocatoria de 2022 avanzan en la simplificación administrativa de estas ayudas y conllevan, por ejemplo, ampliar la posibilidad del uso de las nuevas tecnologías (tramitación electrónica) para la totalidad del proceso y no únicamente para la presentación de la solicitud.
En el ámbito económico, El Gobierno andaluz ha aplicado por segundo año consecutivo las mejoras realizadas en 2021, entre las que destaca el aumento del presupuesto para respaldar iniciativas dirigidas a mejorar la calidad de los productos apícolas con el fin de aprovechar al máximo su potencial en el mercado. La dotación para estos proyectos se elevó de 30.000 a 150.000 euros. Además, también continúan otras mejoras introducidas el año pasado como el respaldo a los sistemas de protección o vigilancia antirrobo y de geolocalización de las colmenas; y el apoyo a las agrupaciones de apicultores tanto en la puesta en marcha de acciones de divulgación técnica y de publicidad como en las inversiones en material de comercialización.
El objetivo final de estos incentivos es impulsar la profesionalización de los apicultores y la organización del sector apícola andaluz. Además, también persiguen mejorar la rentabilidad de las explotaciones y mejorar su capacidad de adaptación a situaciones adversas y en equilibrio con el medio ambiente.
Apicultura en Andalucía
Además de su repercusión económica por la producción de miel, la apicultura cumple un papel fundamental para el desarrollo de las zonas rurales y el equilibrio ecológico, ya que la presencia de abejas en un territorio es básica para la conservación y diversidad de plantas que dependen de la polinización. Además, estos insectos contribuyen también a elevar la productividad de numerosos cultivos.
El sector apícola andaluz está formado por unas 4.200 explotaciones, que representan alrededor del 15% de total de España y reúnen casi 616.400 colmenas. Su producción supera los 8,5 millones de kilogramos de miel y los 300.000 kilogramos de cera que, en global, rondan los 33 millones de euros al año. En cuando al tejido empresarial asociado a esta producción, Andalucía acoge 54 entidades artesanales dedicadas al envasado y comercialización de las producciones apícolas.
Entre otros cambios, la Junta ha adelantado dos meses (de junio a abril) el plazo para solicitar las ayudas. Así, los trámites se han ajustado mejor al calendario de funcionamiento de las explotaciones apícolas y el Gobierno andaluz ha contando con más tiempo para las revisiones, controles y labores de campo. Gracias a ello, ha sido posible reducir considerablemente las incidencias y evitar que los apicultores deban participar activamente en el proceso de gestión de las ayudas durante los meses estivales.
Otras mejoras introducidas por la Consejería de Agricultura en la convocatoria de 2022 avanzan en la simplificación administrativa de estas ayudas y conllevan, por ejemplo, ampliar la posibilidad del uso de las nuevas tecnologías (tramitación electrónica) para la totalidad del proceso y no únicamente para la presentación de la solicitud.
En el ámbito económico, El Gobierno andaluz ha aplicado por segundo año consecutivo las mejoras realizadas en 2021, entre las que destaca el aumento del presupuesto para respaldar iniciativas dirigidas a mejorar la calidad de los productos apícolas con el fin de aprovechar al máximo su potencial en el mercado. La dotación para estos proyectos se elevó de 30.000 a 150.000 euros. Además, también continúan otras mejoras introducidas el año pasado como el respaldo a los sistemas de protección o vigilancia antirrobo y de geolocalización de las colmenas; y el apoyo a las agrupaciones de apicultores tanto en la puesta en marcha de acciones de divulgación técnica y de publicidad como en las inversiones en material de comercialización.
El objetivo final de estos incentivos es impulsar la profesionalización de los apicultores y la organización del sector apícola andaluz. Además, también persiguen mejorar la rentabilidad de las explotaciones y mejorar su capacidad de adaptación a situaciones adversas y en equilibrio con el medio ambiente.
Apicultura en Andalucía
Además de su repercusión económica por la producción de miel, la apicultura cumple un papel fundamental para el desarrollo de las zonas rurales y el equilibrio ecológico, ya que la presencia de abejas en un territorio es básica para la conservación y diversidad de plantas que dependen de la polinización. Además, estos insectos contribuyen también a elevar la productividad de numerosos cultivos.
El sector apícola andaluz está formado por unas 4.200 explotaciones, que representan alrededor del 15% de total de España y reúnen casi 616.400 colmenas. Su producción supera los 8,5 millones de kilogramos de miel y los 300.000 kilogramos de cera que, en global, rondan los 33 millones de euros al año. En cuando al tejido empresarial asociado a esta producción, Andalucía acoge 54 entidades artesanales dedicadas al envasado y comercialización de las producciones apícolas.