Esto, sumado a la mano de obra que supone un 40% del coste de producción en un invernadero de tomate, seguido de los fertilizantes con un 13% y fitosanitarios con un 11%, superando ambos los 3.000 euros más de coste, hacen del tomate el producto 'rey' de los cultivos más costoso de producir.
Esto, sumado a la mano de obra que supone un 40% del coste de producción en un invernadero de tomate, seguido de los fertilizantes con un 13% y fitosanitarios con un 11%, superando ambos los 3.000 euros más de coste, hacen del tomate el producto 'rey' de los cultivos más costoso de producir.