El 15% nunca los consume en casa, reflejando una clara tendencia a la reducción. El precio se ha convertido en la principal barrera: el 55% de los encuestados lo señala como el factor determinante en su compra, por encima de la apariencia del producto. Esto ha impulsado el consumo de pescado congelado y enlatado frente al fresco, por ser más asequibles y cómodos. La proximidad al mar también influye: el 79% de quienes viven cerca de la costa consumen pescado con frecuencia, frente al 49% de quienes residen a más de 200 km. Además, los costeros prefieren el pescado silvestre, mientras que en el interior hay más indiferencia. Y aunque los europeos valoran la información en el etiquetado, el interés por los aspectos medioambientales ha caído ocho puntos desde 2021. En cuanto a las algas, su consumo crece, pero sigue limitado al sushi y productos derivados. Menos pescado, más cautela y una tendencia clara: el bolsillo manda en la dieta europea.
El 15% nunca los consume en casa, reflejando una clara tendencia a la reducción. El precio se ha convertido en la principal barrera: el 55% de los encuestados lo señala como el factor determinante en su compra, por encima de la apariencia del producto. Esto ha impulsado el consumo de pescado congelado y enlatado frente al fresco, por ser más asequibles y cómodos. La proximidad al mar también influye: el 79% de quienes viven cerca de la costa consumen pescado con frecuencia, frente al 49% de quienes residen a más de 200 km. Además, los costeros prefieren el pescado silvestre, mientras que en el interior hay más indiferencia. Y aunque los europeos valoran la información en el etiquetado, el interés por los aspectos medioambientales ha caído ocho puntos desde 2021. En cuanto a las algas, su consumo crece, pero sigue limitado al sushi y productos derivados. Menos pescado, más cautela y una tendencia clara: el bolsillo manda en la dieta europea.