A pesar de esto, los canarios son una de las poblaciones que menos huevos consume en España, según se desprende del "Observatorio del Consumo de Huevo en España elaborado por la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO). La Comunidad Autónoma Canaria fue una en las que menos huevos per cápita se consumieron en 2020, con una media de 135 huevos por persona, es decir, 2,7 a la semana, un 11% menos que la media española, situada en los 151 huevos por persona (3 huevos a la semana). Con esta cifra ocupan el antepenúltimo lugar del ranking nacional, solo por delante de los castellanomanchegos y los extremeños, que consumieron una media de 130 y 121 huevos per cápita respectivamente, y lejos de las regiones del Norte de España, encabezada por País Vasco, Navarra y Aragón. A nivel nacional el huevo se consolidó como uno de los alimentos de la cesta de la compra con mayor crecimiento, con un 17,1% más en volumen que en 2019. Un porcentaje que se disparó hasta el 46% durante los meses de marzo, abril y mayo de 2020, coincidiendo con el período más duro del confinamiento.
A pesar de esto, los canarios son una de las poblaciones que menos huevos consume en España, según se desprende del "Observatorio del Consumo de Huevo en España elaborado por la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO). La Comunidad Autónoma Canaria fue una en las que menos huevos per cápita se consumieron en 2020, con una media de 135 huevos por persona, es decir, 2,7 a la semana, un 11% menos que la media española, situada en los 151 huevos por persona (3 huevos a la semana). Con esta cifra ocupan el antepenúltimo lugar del ranking nacional, solo por delante de los castellanomanchegos y los extremeños, que consumieron una media de 130 y 121 huevos per cápita respectivamente, y lejos de las regiones del Norte de España, encabezada por País Vasco, Navarra y Aragón. A nivel nacional el huevo se consolidó como uno de los alimentos de la cesta de la compra con mayor crecimiento, con un 17,1% más en volumen que en 2019. Un porcentaje que se disparó hasta el 46% durante los meses de marzo, abril y mayo de 2020, coincidiendo con el período más duro del confinamiento.