Sin embargo, a la hora de la verdad, el 85% cree que lo procesado es dañino, pero el consumo de productos frescos ha caído un 20% en la última década. La comodidad manda, y la industria lo sabe: los alimentos con beneficios saludables han encontrado su hueco en desayunos, comidas y cenas, mientras que otros productos se relegan a momentos más indulgentes.
Además, hábitos como el consumo de alcohol y tabaco siguen en descenso, y en cinco años, 423.000 hogares han dejado de comprar alcohol. También crece la preocupación por el cuidado personal, con un 78% de personas que ahora prefieren protegerse del sol en lugar de broncearse.
En definitiva, el consumidor busca salud, pero sin renunciar a lo rápido, fácil y conveniente. ¿Es posible equilibrar ambas cosas? ¡La industria de la alimentación ya está en ello!
Sin embargo, a la hora de la verdad, el 85% cree que lo procesado es dañino, pero el consumo de productos frescos ha caído un 20% en la última década. La comodidad manda, y la industria lo sabe: los alimentos con beneficios saludables han encontrado su hueco en desayunos, comidas y cenas, mientras que otros productos se relegan a momentos más indulgentes.
Además, hábitos como el consumo de alcohol y tabaco siguen en descenso, y en cinco años, 423.000 hogares han dejado de comprar alcohol. También crece la preocupación por el cuidado personal, con un 78% de personas que ahora prefieren protegerse del sol en lugar de broncearse.
En definitiva, el consumidor busca salud, pero sin renunciar a lo rápido, fácil y conveniente. ¿Es posible equilibrar ambas cosas? ¡La industria de la alimentación ya está en ello!