Desde COEXPHAL se considera vital seguir manteniendo la tendencia creciente del uso de insectos beneficiosos y soluciones naturales en los cultivos de invernadero, cuya implantación supone ya el 80,6% de la superficie invernada hasta alcanzar las 26.035 hectáreas, según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.
El paradigma del control biológico se refleja en los cultivos de pimiento hasta alcanzar el 100% de la superficie, con 11.500 hectáreas declaradas, o el alto porcentaje (85%) en el cultivo de tomate, y en pepino y berenjena en torno al 70% de la superficie.
Sin embargo, en cultivos de ciclo corto como el melón o la sandía, o en otra cucurbitácea como el calabacín, el control biológico baja hasta porcentajes del 30%, por lo que desde COEXPHAL recomiendan continuar usando insectos auxiliares ya que de esta forma no se perderá el trabajo realizado en el anterior cultivo y se prepara mejor la finca de cara a los futuros cultivos de invierno.
Jan van der Blom, responsable del Departamento de Técnicas de Producción de COEXPHAL, entomólogo y uno de los grandes expertos en control biológico, asegura que “los resultados del control biológico en los cultivos de primavera son rotundamente buenos. Además, si se finalizan los cultivos de una finca con muchos insectos auxiliares y muy pocas plagas, se presta un servicio muy importante al entorno, a los vecinos y al propio agricultor, ya que se genera fauna auxiliar que actúa también después de finalizados los cultivos de primavera, es decir, en el próximo cultivo”.
Por esta razón, desde COEXPHAL recuerdan a sus asociados mantener el control biológico en los cultivos de primavera. “Además de combatir las plagas como el pulgón, la mosca blanca o trips de forma eficaz, bajo las certificaciones estipuladas, se refuerza la calidad de nuestros productos y su imagen ante los mercados, con un campo más limpio y una producción sostenible”, ha remarcado Luis Miguel Fernández, gerente de COEXPHAL.
Desde COEXPHAL se considera vital seguir manteniendo la tendencia creciente del uso de insectos beneficiosos y soluciones naturales en los cultivos de invernadero, cuya implantación supone ya el 80,6% de la superficie invernada hasta alcanzar las 26.035 hectáreas, según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.
El paradigma del control biológico se refleja en los cultivos de pimiento hasta alcanzar el 100% de la superficie, con 11.500 hectáreas declaradas, o el alto porcentaje (85%) en el cultivo de tomate, y en pepino y berenjena en torno al 70% de la superficie.
Sin embargo, en cultivos de ciclo corto como el melón o la sandía, o en otra cucurbitácea como el calabacín, el control biológico baja hasta porcentajes del 30%, por lo que desde COEXPHAL recomiendan continuar usando insectos auxiliares ya que de esta forma no se perderá el trabajo realizado en el anterior cultivo y se prepara mejor la finca de cara a los futuros cultivos de invierno.
Jan van der Blom, responsable del Departamento de Técnicas de Producción de COEXPHAL, entomólogo y uno de los grandes expertos en control biológico, asegura que “los resultados del control biológico en los cultivos de primavera son rotundamente buenos. Además, si se finalizan los cultivos de una finca con muchos insectos auxiliares y muy pocas plagas, se presta un servicio muy importante al entorno, a los vecinos y al propio agricultor, ya que se genera fauna auxiliar que actúa también después de finalizados los cultivos de primavera, es decir, en el próximo cultivo”.
Por esta razón, desde COEXPHAL recuerdan a sus asociados mantener el control biológico en los cultivos de primavera. “Además de combatir las plagas como el pulgón, la mosca blanca o trips de forma eficaz, bajo las certificaciones estipuladas, se refuerza la calidad de nuestros productos y su imagen ante los mercados, con un campo más limpio y una producción sostenible”, ha remarcado Luis Miguel Fernández, gerente de COEXPHAL.