Investigadores de la Universidad de Almería han desarrollado un biofertilizante con desechos de tomatera: más barato y sostenible que los tradicionales.

Este producto obtiene resultados idénticos a los abonos tradicionales, pero es más económico. Es más, se puede emplear cada siete meses, coincidiendo con los periodos de cultivo habituales en la horticultura almeriense. Este biofertilizante, que ayuda a luchar contra los agentes patógenos como hongos, bacterias y virus, reducen el impacto ambiental de los abonos tradicionales.