UPA,COAG y ASAJAtienen muy claro que la futura PAC debe traer consigo un mayor importe de lasayudas. Los pagos directos deben revertir la situación actual de un sector quese encuentra inmerso en tres de las regiones con menos subvención de media detodo el país. En este sentido, las tres organizaciones recuerdan que laagricultura y la ganadería almeriense están ubicadas en las regiones 401, con90,92 euros por hectárea de media; la 201, con 84,50 euros por hectárea; y lazona de Huércal Overa y Bajo Almanzora, con 127,31 euros por hectárea.
Anteesta situación, advierten que no están dispuestas a aceptar una unificación deregiones con otras zonas que reciben aún menos ayuda. De ser así, Almeríapodría quedar encuadrada con varias comarcas de Teruel y otras zonas en las quelos ingresos medios por hectárea se sitúan en los 79,29 y los 90 euros comomáximo. De esta manera, temen una convergencia de las ayudas hacia los 100euros de media, una cantidad irrisoria e insuficiente para potenciar el motoreconómico de la provincia, una agricultura y ganadería necesitadas derevulsivos comunitarios.
Encuanto a la ganadería, UPA, COAG y ASAJA exigen mayor cantidad de ayudas por cabeza deganado declarada que por hectárea. De ahí que reclaman la eliminación de lapercepción para aquellos que antes tenían ganado, pero ahora no, y siguencobrando por el ganado que tenían a través de la tierra declarada. Además,consideran que las ayudas asociadas, aparte de incrementar los recursos, debenir destinadas a los cultivos vulnerables mediante la modificación de lasjustificaciones productivas. Las tres organizaciones agrarias consideran fundamentalque el Gobierno establezca una ayuda asociada estable. Igualmente reclaman elincremento de las ayudas asociadas para los frutos secos de secano, que en lapropuesta del Ministerio para el periodo 2023-2027 siguen con la misma cantidadque en el actual marco comunitario.
Otrode los asuntos preocupantes para UPA, COAG y ASAJA son los ecoesquemas. Almería es una provincia enla que prácticamente no llueve. Eso significa que la obligatoriedad de dejarcubierta vegetal puede entrar en competencia desleal entre cultivos arbóreos,rompiéndose la costra superficial del terreno con la que se evita laevaporación de la poca agua que cae. Un sistema tradicional, defienden lasorganizaciones agrarias, que debe ser tenido en cuenta porque, de lo contrario,significaría la ruina total de la provincia al quedarse fuera de las ayudas porecoesquemas el 99 por ciento de los agricultores almerienses.
Ademásdesde las organizaciones agrarias seguimos apostando por apoyar, con firmeza,los planes de desarrollo rural (PDR), con un presupuesto suficiente, y queatienda, en especial y de forma inequívoca, a las medidas de incorporación dejóvenes a la actividad agraria y ganadera y a las de modernización del sectoragrario, tan necesarias para la mejora provincial de los sistemas productivosagrícolas y ganaderos, así como las estructuras de regadío.
Porúltimo, UPA, COAG y ASAJAtambién reclaman al Gobierno la potenciación de las ayudas para laincorporación de jóvenes agricultores dentro del segundo pilar, así como laclarificación de las ayudas directas de pago básico en frutas y hortalizas.Ahora mismo existe gran incertidumbre en el sector sobre lo que pasará a partirde 2023, porque se desconoce cómo se tramitarán esas ayudas si es que las van arecibir igual que cualquier otro cultivo; y tampoco se sabe cómo será elmecanismo para acceder a ellas.
UPA,COAG y ASAJAtienen muy claro que la futura PAC debe traer consigo un mayor importe de lasayudas. Los pagos directos deben revertir la situación actual de un sector quese encuentra inmerso en tres de las regiones con menos subvención de media detodo el país. En este sentido, las tres organizaciones recuerdan que laagricultura y la ganadería almeriense están ubicadas en las regiones 401, con90,92 euros por hectárea de media; la 201, con 84,50 euros por hectárea; y lazona de Huércal Overa y Bajo Almanzora, con 127,31 euros por hectárea.
Anteesta situación, advierten que no están dispuestas a aceptar una unificación deregiones con otras zonas que reciben aún menos ayuda. De ser así, Almeríapodría quedar encuadrada con varias comarcas de Teruel y otras zonas en las quelos ingresos medios por hectárea se sitúan en los 79,29 y los 90 euros comomáximo. De esta manera, temen una convergencia de las ayudas hacia los 100euros de media, una cantidad irrisoria e insuficiente para potenciar el motoreconómico de la provincia, una agricultura y ganadería necesitadas derevulsivos comunitarios.
Encuanto a la ganadería, UPA, COAG y ASAJA exigen mayor cantidad de ayudas por cabeza deganado declarada que por hectárea. De ahí que reclaman la eliminación de lapercepción para aquellos que antes tenían ganado, pero ahora no, y siguencobrando por el ganado que tenían a través de la tierra declarada. Además,consideran que las ayudas asociadas, aparte de incrementar los recursos, debenir destinadas a los cultivos vulnerables mediante la modificación de lasjustificaciones productivas. Las tres organizaciones agrarias consideran fundamentalque el Gobierno establezca una ayuda asociada estable. Igualmente reclaman elincremento de las ayudas asociadas para los frutos secos de secano, que en lapropuesta del Ministerio para el periodo 2023-2027 siguen con la misma cantidadque en el actual marco comunitario.
Otrode los asuntos preocupantes para UPA, COAG y ASAJA son los ecoesquemas. Almería es una provincia enla que prácticamente no llueve. Eso significa que la obligatoriedad de dejarcubierta vegetal puede entrar en competencia desleal entre cultivos arbóreos,rompiéndose la costra superficial del terreno con la que se evita laevaporación de la poca agua que cae. Un sistema tradicional, defienden lasorganizaciones agrarias, que debe ser tenido en cuenta porque, de lo contrario,significaría la ruina total de la provincia al quedarse fuera de las ayudas porecoesquemas el 99 por ciento de los agricultores almerienses.
Ademásdesde las organizaciones agrarias seguimos apostando por apoyar, con firmeza,los planes de desarrollo rural (PDR), con un presupuesto suficiente, y queatienda, en especial y de forma inequívoca, a las medidas de incorporación dejóvenes a la actividad agraria y ganadera y a las de modernización del sectoragrario, tan necesarias para la mejora provincial de los sistemas productivosagrícolas y ganaderos, así como las estructuras de regadío.
Porúltimo, UPA, COAG y ASAJAtambién reclaman al Gobierno la potenciación de las ayudas para laincorporación de jóvenes agricultores dentro del segundo pilar, así como laclarificación de las ayudas directas de pago básico en frutas y hortalizas.Ahora mismo existe gran incertidumbre en el sector sobre lo que pasará a partirde 2023, porque se desconoce cómo se tramitarán esas ayudas si es que las van arecibir igual que cualquier otro cultivo; y tampoco se sabe cómo será elmecanismo para acceder a ellas.