El  año I después de la COVID19 ha traído un cambio sustancial en el comportamiento de los consumidores a la hora de adquirir sus productos de  alimentación.

Así lo atestigua un estudio realizado por el IESE BUSINEES  SCHOOL entre altos directivos de empresas. La seguridad alimentaria, el  comercio electrónico y la confianza en las marcas nacionales marcan las  nuevas tendencias.  

La  crisis de la COVID19 en el sector de la alimentación ha dejado cambios  sustanciales en el perfil del consumidor español. Su comportamiento ha  quedado fraguado en 8 tendencias, según un estudio realizado entre directivos  de 185 empresas del sector por el IESE Business School.

La  seguridad alimentaria es después del Año I después de la COVID19 fundamental  para el consumidor. El  ciudadano busca productos saludables en una apuesta por una dieta que  fortalezca el sistema inmunológico.

El  comercio electrónico ha recibido un gran impulso. Los  directivos encuestados no esperan una recuperación total hasta 2023 por lo  que creen que el precio y la reducción de gastos marcará una tendencia. Las  tiendas de proximidad es una tendencia cada vez más asentada. Los  clientes priorizan las compran de productos sostenibles.

Los  consumidores apuestan por las marcas de fabricante y cadenas de distribución en las que observan un claro compromiso con la comunidad en la que  desarrollan su negocio. Las  marcas nacionales ganan peso frente a las importadas.