La Organización Interprofesional Láctea (InLac), que está impulsando la campaña “Quesea” para divulgar la excelencia de los quesos de origen nacional, proporciona algunas ideas para utilizarlos durante el verano. Ya sea en casa, cerca del mar, en la montaña o en la piscina, existe una enorme variedad de quesos elaborados en nuestro país que soportan bien el transporte y su conservación. En el desayuno, de aperitivo, en el almuerzo, merienda o cena, también son muy versátiles para disfrutar en las reuniones familiares y de amigos, o en las habituales barbacoas de estos meses.
Respecto a cómo integrarlos en nuestra alimentación durante el verano, el queso fresco de textura blanda -como los quesos tipo Burgos- combina a la perfección con las ensaladas, que también se prestan a la experimentación con quesos semicurados combinados con frutas o incluso quesos intensos en sabor como el de cabra, cada día más habitual en nuestras cocinas, explican desde InLac.
Con pastas y pizzas maridan muy bien tanto los quesos de cabra como los manchegos curados y de mezcla, al tiempo que los quesos azules pueden apuntar la diferencia gracias al característico sabor que aportan. También pueden utilizarse un gran abanico de salsas elaboradas con queso para tomar con carnes o platos de verduras. En este último caso, los vegetales crudos también ofrecen grandes posibilidades para acompañar con quesos frescos y untables.
A los consumidores españoles les encanta el queso, que ya forma parte indisoluble de nuestra tradición culinaria. Un patrimonio gastronómico de enorme riqueza del que puedes disfrutar en cremas, brochetas, quiches, risottos, en postres y helados.
La Organización Interprofesional Láctea (InLac), que está impulsando la campaña “Quesea” para divulgar la excelencia de los quesos de origen nacional, proporciona algunas ideas para utilizarlos durante el verano. Ya sea en casa, cerca del mar, en la montaña o en la piscina, existe una enorme variedad de quesos elaborados en nuestro país que soportan bien el transporte y su conservación. En el desayuno, de aperitivo, en el almuerzo, merienda o cena, también son muy versátiles para disfrutar en las reuniones familiares y de amigos, o en las habituales barbacoas de estos meses.
Respecto a cómo integrarlos en nuestra alimentación durante el verano, el queso fresco de textura blanda -como los quesos tipo Burgos- combina a la perfección con las ensaladas, que también se prestan a la experimentación con quesos semicurados combinados con frutas o incluso quesos intensos en sabor como el de cabra, cada día más habitual en nuestras cocinas, explican desde InLac.
Con pastas y pizzas maridan muy bien tanto los quesos de cabra como los manchegos curados y de mezcla, al tiempo que los quesos azules pueden apuntar la diferencia gracias al característico sabor que aportan. También pueden utilizarse un gran abanico de salsas elaboradas con queso para tomar con carnes o platos de verduras. En este último caso, los vegetales crudos también ofrecen grandes posibilidades para acompañar con quesos frescos y untables.
A los consumidores españoles les encanta el queso, que ya forma parte indisoluble de nuestra tradición culinaria. Un patrimonio gastronómico de enorme riqueza del que puedes disfrutar en cremas, brochetas, quiches, risottos, en postres y helados.