La comida digital despegó en el 2000 con los primeros teléfonos móviles con cámara. Dos décadas después, son una herramienta clave en la popularización de recetas exóticas y hábitos nutricionales: se fotografía lo que se come, sobretodo si la presentación impacta. Los medios de comunicación, canales de TV, libros de recetas e internet han disparado el gusto por la comida digital. Whatsapp ha multiplicado su consumo con la dinámica de capturar y compartir aquello que se degusta en la mesa familiar o de un restaurante. Las motivaciones para compartir la comida digital son vivenciales y simbólicas, aquellas que busca estatus social.
La costumbre de compartir fotos de la comida está modificando lo que come la gente.Quienes están enganchados a la comida digital aparecen encuadrados en dos grupos: aquellos que miran y fotografían alimentos con el objetivo de mejorar su nutrición y quienes hacen fotos por el placer de paladear un plato atractivo.
La comida digital despegó en el 2000 con los primeros teléfonos móviles con cámara. Dos décadas después, son una herramienta clave en la popularización de recetas exóticas y hábitos nutricionales: se fotografía lo que se come, sobretodo si la presentación impacta. Los medios de comunicación, canales de TV, libros de recetas e internet han disparado el gusto por la comida digital. Whatsapp ha multiplicado su consumo con la dinámica de capturar y compartir aquello que se degusta en la mesa familiar o de un restaurante. Las motivaciones para compartir la comida digital son vivenciales y simbólicas, aquellas que busca estatus social.
La costumbre de compartir fotos de la comida está modificando lo que come la gente.Quienes están enganchados a la comida digital aparecen encuadrados en dos grupos: aquellos que miran y fotografían alimentos con el objetivo de mejorar su nutrición y quienes hacen fotos por el placer de paladear un plato atractivo.