Esta drástica caída de precios tiene consecuencias importantes en el sector. En primer lugar, conduce a la quiebra de muchas explotaciones, sobre todo a aquéllas que son de pequeña y mediana de producción, incapaces de asumir los costes anuales. En el caso de la almendra, el principal gasto que el agricultor debe afrontar involucra insumos como el gasóil utilizado en las labores que hay que disponer (al menos dos al año) y en la maquinaria empleada para la recogida de la cosecha. Asimismo, ante esos precios, que están presentando mínimos históricos en la provincia, no resulta viable asumir el coste de la mano de obra necesaria durante la cosecha.
Además, la gravedad de la situación es mayor si tenemos en cuenta que todo apunta a que el canal comercializador está forzando la venta por debajo de costes, una práctica que se encuentra específicamente prohibida por la Ley de la Cadena (Ley 12/2013 de Mejora de la Cadena Alimentaria) que regula en las relaciones comerciales dentro de la distribución agraria.
"La situación es crítica para los agricultores y agricultoras de la provincia. Muchos no van a poder hacer frente a los gastos de las explotaciones. Es de locos pues, de mantenerse estos precios, el sector se va a la ruina este año. Nos están obligando a abandonar los cultivos, a no recoger la cosecha", son palabras de Juan Pedro Miravete, agricultor de frutos secos en Vélez Rubio y miembro de la Ejecutiva de COAG Almería.
Una campaña fatídica
La campaña de la almendra de este año está resultando especialmente fatídica también en Almería, una provincia que lleva ya soportando condiciones muy adversas en los dos últimos años debido, principalmente, a la sequía. Desde COAG ya se anunciaban, a finales de agosto, reducciones de la producción de entre el 50 y el 70% a causa de la escasez de lluvias. Ahora se suma esta caída de precios, injustificada en términos de cosecha pues, aunque la almendra que hay es de mucha calidad y el mercado no se está viendo inundado de producto pues la cosecha no ha sido muy elevada.
"Estamos a la espera de que se cierre un precio fijo para la almendra ecológica y aunque el escandallo de este año no está siendo muy bueno, es insostenible que se estén pagando precios de 0,60 céntimos el kilo en la almendra convencional, es imposible sacar la cosecha adelante en semejantes, y penosas, condiciones", afirma Andrés Góngora, secretario Provincial de COAG Almería, en la misma línea que indicaba anteriormente Juan Pedro Miravete.
Esta drástica caída de precios tiene consecuencias importantes en el sector. En primer lugar, conduce a la quiebra de muchas explotaciones, sobre todo a aquéllas que son de pequeña y mediana de producción, incapaces de asumir los costes anuales. En el caso de la almendra, el principal gasto que el agricultor debe afrontar involucra insumos como el gasóil utilizado en las labores que hay que disponer (al menos dos al año) y en la maquinaria empleada para la recogida de la cosecha. Asimismo, ante esos precios, que están presentando mínimos históricos en la provincia, no resulta viable asumir el coste de la mano de obra necesaria durante la cosecha.
Además, la gravedad de la situación es mayor si tenemos en cuenta que todo apunta a que el canal comercializador está forzando la venta por debajo de costes, una práctica que se encuentra específicamente prohibida por la Ley de la Cadena (Ley 12/2013 de Mejora de la Cadena Alimentaria) que regula en las relaciones comerciales dentro de la distribución agraria.
"La situación es crítica para los agricultores y agricultoras de la provincia. Muchos no van a poder hacer frente a los gastos de las explotaciones. Es de locos pues, de mantenerse estos precios, el sector se va a la ruina este año. Nos están obligando a abandonar los cultivos, a no recoger la cosecha", son palabras de Juan Pedro Miravete, agricultor de frutos secos en Vélez Rubio y miembro de la Ejecutiva de COAG Almería.
Una campaña fatídica
La campaña de la almendra de este año está resultando especialmente fatídica también en Almería, una provincia que lleva ya soportando condiciones muy adversas en los dos últimos años debido, principalmente, a la sequía. Desde COAG ya se anunciaban, a finales de agosto, reducciones de la producción de entre el 50 y el 70% a causa de la escasez de lluvias. Ahora se suma esta caída de precios, injustificada en términos de cosecha pues, aunque la almendra que hay es de mucha calidad y el mercado no se está viendo inundado de producto pues la cosecha no ha sido muy elevada.
"Estamos a la espera de que se cierre un precio fijo para la almendra ecológica y aunque el escandallo de este año no está siendo muy bueno, es insostenible que se estén pagando precios de 0,60 céntimos el kilo en la almendra convencional, es imposible sacar la cosecha adelante en semejantes, y penosas, condiciones", afirma Andrés Góngora, secretario Provincial de COAG Almería, en la misma línea que indicaba anteriormente Juan Pedro Miravete.